Después de vestirme en tu mesa
bien provista,
con la copa entera
sin tocarse ni romperse...
Se cayó,
se derramó
deshecha la bebida,
desperdiciado su cristal
y no porque estuviera roto
simplemente usado
ya inutilizado para esa cena,
inservible.
necesitado de, por lo menos,
un lavado.
Nadie tiene que saber
que el mantel quedó mancillado
cuando la copa,
- que de forma absurda se llenó -
se vertió sobre tu impoluta imagen.
Rápidamente volví a poner los cubiertos limpios,
las copas pulidas y brillantes,
las servilletas bien dobladas,
las servilletas bien dobladas,
la cubitera con hielos recientes y transparentes
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Repuse el mantel,
uno limpio e impecable,
igual o mejor que el anterior:
sin fisuras, ni arrugas
ni señales
para que tu imagen
si, tu imagen,
siguiera siendo la misma
uno limpio e impecable,
igual o mejor que el anterior:
sin fisuras, ni arrugas
ni señales
para que tu imagen
si, tu imagen,
siguiera siendo la misma
aunque la mía quedara mancillada
dolorida
desperdiciada,
olvidada en el lavavajillas
esperando una oportunidad mejor.
Me sabe demasiado doloroso...como ese afán de las mujeres de quedar siempre postergadas por el otro...
ResponderEliminarY la pulcra sincronía de las imagenes a repetición (en la foto) me hablan de lo mismo, de una esclavitud, de un temor a salirme de la raya roja de la página del cuaderno, que marca el márgen, diciéndome: hasta aquí no más puedes escribir la historia...más allá no te está permitido.
Ufff...qué duro y qué inaceptable para cualquiera.
ABRAZOS MILES,VICKY!
Post ciertamente duro y explícito! Vendrán cenas mejores,...
ResponderEliminarEs cierto, una decepción, pero... Una vez repuesta la esbelta, frágil, trasparente y delicada copa, pudo tener las oportunidades esperadas e incluso superadas.
ResponderEliminarBss.
Los mejores momentos todavía están esperando su atención
ResponderEliminarBuen Domingo
Obrigado per la visita
Morris